En Ekara tengo una visión integral del ser humano e integrativa de la terapia. Enteiendo a la persona como un todo y atiendo todas las áreas que la forman: física, emocional, corporal y espiritual, porque considero que el bienestar se encuentra en el equilibrio de cada una de ellas.

Por ello mi propuesta terapéutica se basa en ayudar a la persona a darse cuenta de qué áreas de su vida necesitan reequilibrarse y poner a su disposición las herramientas necesarias para que pueda llevarlo a cabo por sí misma/o.

La sesión de terapia es un espacio protegido en el que poder hablar de lo que sentimos, de nuestro dolor, de lo que nos apasiona… un lugar para trabajar la autoescucha sin juicio y con amabilidad, en el que investigar y descubrir nuestra luz y nuestra sombra, un lugar en el que conectar con nuestras capacidades y herramientas para vivir la vida de manera plena.

No hay que estar enfermo/a o encontrarse fatal para venir a terapia, no hay un prototipo de persona que viene acude a terapia, ni una forma establecida de hacer terapia… cada persona es diferente y cada proceso terapéutico también único.