
Hoy viernes 15 de octubre se celebra el día internacional dedicado a la concienciación sobre la muerte gestacional, perinatal y neonatal.
Son muchas, muchísimas las familias, o las mujeres solas, que pasan por ello. Un día estás embarazada, con la ilusión, los planes, el cambio de vida que comienzas a realizar… y al día siguiente sangras y lloras, asustada… o vas a la consulta ilusionada por tener noticias de tu bebé, y tu ginecólogo/a, sin previo aviso, te informa de que ya no hay latido.

Fotografía de una estatua Jizo, cedida por Saray Guzmán
"Y caminas de vuelta a casa sintiendo que perteneces a un mundo que ya no es el de antes"
Somos conscientes de que, por desgracia, a muchas de vosotras/os os avisaron de la peor manera, como si fuera un mero trámite, sin humanidad… como si diera igual, como si no doliera… sin dejar lugar al vacío desgarrador que sientes, ni al llanto desconsolado… sin dejar lugar al dolor, al sufrimiento que supone perder a un/a hijo/a.
Muchas veces, al salir de esa consulta te sientes sola, cansada, dolorida, como si nadie pudiese comprender por lo que estás pasando, ni entender tu dolor… Y caminas de vuelta a casa sintiendo que perteneces a un mundo que ya no es el de antes…

Fotografía de una estatua Jizo, cedida por Saray Guzmán
En España existe demasiado tabú con respecto a perder un/a hijo/a, porque no suele compartirse el dolor. Vivimos en una sociedad en la que si no sumas, restas… en la que compartir el sufrimiento es sinónimo de debilidad. Sin darnos cuenta de que sólo hablando de lo que nos pasa, podemos sanar… Compartiendo el dolor, éste se hace más llevadero…
No en todas los lugares es así. En Japón, no es difícil encontrarse caminando con ESTATUAS JIZO. Son pequeñas estatuas de monjes que normalmente suelen estar decoradas con gorritos de lana, baberos y bufandas rojas. Para los/as japoneses/as se trata del guardián de los/as viajeros/as y el protector de los/as niños/as, principalmente los/as que no nacieron. Las personas que lloran la muerte de un/a hijo/a suelen realizar una ceremonia en un templo budista y dejan en él una estatua Jizo a la que acuden a visitar siempre que lo necesitan.
Forma parte de su despedida...

Fotografía de una estatua Jizo, cedida por Saray Guzmán
"Hacer duelo es necesario para seguir"
Y es que dar lugar a la emoción es necesario. Hablar sana, llorar limpia, gritar alivia,...
Cuando, pasando por una situación así, te atreves a hablar con una terapeuta, te vas a encontrar con una mirada acogedora, sin juicio, que te va a arropar, que va a acunar contigo el sufrimiento,... y también con un lugar en el que todo lo que haya, todo lo que sientas, es bienvenido: rabia, dolor, desgarro, culpa, tristeza, desesperanza,...
Todo tiene su lugar.
Todo puede sanar.
2 Comentario
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